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Patrimonio cultural

El patrimonio cultural se refiere al conjunto de bienes materiales e inmateriales que una comunidad ha heredado o adquirido a lo largo del tiempo. Estos bienes pueden agrupar monumentos, obras de arte, tradiciones, lenguas y conocimientos. La cultura, por su parte, es el conjunto de modos de vida, costumbres, creencias y conocimientos que definen a un grupo social en una época determinada. El patrimonio cultural es fundamental para preservar la identidad de un pueblo y para fomentar el entendimiento entre diferentes culturas.

Según el valor que atesora un patrimonio puede ser:

-Histórico

-Artístico

-Cultural

La identidad cultural es el conjunto de rasgos que definen a un grupo social. Los bienes culturales incluyen tanto objetos materiales (monumentos, obras de arte, documentos) como elementos inmateriales (costumbres, gastronomía). Mientras la historia tradicional se enfocaba en grandes eventos y monumentos, la historia nueva pone énfasis en la vida cotidiana de las personas. En 1972, la UNESCO propuso clasificar el patrimonio cultural en monumentos, conjuntos y lugares.

¿Por qué conservar?

Conservar la identidad cultural implica preservar los valores que definen a un pueblo. Para ello, es fundamental conocer los bienes culturales de una comunidad, lo cual se logra a través de un catálogo. Los bienes incluidos en este catálogo deben ser protegidos y conservados. Sin embargo, no solo estos bienes deben ser considerados, en cualquier intervención, es necesario evaluar el valor del bien sobre el que se va a actuar antes de decidir el tipo de intervención a realizar.

¿Qué conservar?

La conservación del patrimonio no se limita solo al aspecto físico de los edificios, sino también a los valores que estos representan. Es esencial cuidar todos los aspectos de un edificio, como la materia, las técnicas constructivas, las formas y dimensiones, los colores, materiales y texturas, así como su carácter y uso original. Además, se debe considerar el entorno en el que se encuentra y los significados que el edificio tiene para la comunidad o la cultura que lo valora. Todo esto contribuye a preservar no solo la estructura, sino también la identidad y los valores culturales asociados a ella.

¿Cómo?

A través de

-Instrumentos legislativos

Proteger implica establecer acciones jurídicas y normas administrativas que no necesariamente intervienen directamente sobre el monumento, sino que buscan garantizar su preservación a través de la legislación.

Inventariar consiste en enumerar y describir los bienes culturales. Es un proceso que tiene como objetivo ubicar y registrar los bienes sin entrar en un análisis profundo de su historia o valor.

Catalogar, por su parte, es un paso más allá del inventario. Además de enumerar y describir, incluye un estudio histórico y una valoración del bien, lo que permite comprender su relevancia y significado en el contexto cultural.

-Acciones de intervención

Preservar se enfoca en la prevención, a través de una serie de operaciones diseñadas para garantizar la supervivencia de un bien cultural ante cualquier amenaza.

Mantener tiene como objetivo prolongar la vida útil de los materiales de un bien, evitando reformas o alteraciones que puedan afectar su esencia original.

Consolidar es una forma de conservación que refuerza los elementos originales para asegurar su estabilidad.

Reparar consiste en devolver a un objeto o estructura su buen estado, arreglando los desperfectos o daños que haya sufrido.

Restaurar implica una intervención directa sobre el monumento con el fin de devolverlo a su estado original o a una fase histórica específica.

Rehabilitar se refiere a la recuperación de un bien cultural para devolverle su funcionalidad o eficiencia, sin necesariamente restaurarlo a su forma original.

Reconstruir es la acción de restaurar total o parcialmente un edificio que ha sufrido daños significativos, generalmente por algún evento destructivo.

Anastilosis es el proceso de recomposición in situ de las partes caídas de un monumento, utilizando los mismos materiales originales siempre que sea posible.

Ripristinar es devolver a un monumento su estado original, eliminando añadidos o modificaciones posteriores que hayan alterado su autenticidad.